23.7.09

El teletrabajo es salud







Y para cuando nuestro hijo Joaquín nos pregunte sobre los últimos días del embarazo y de cómo fue la espera, ahi va esta crónica que describe el mes de julio en la vida del Gordo y la Flaca.



"Hasta hace un mes atrás nuestras vidas, como la de la mayoría de los mortales, estaban guiadas por los típicos horarios laborales y las rutinas de todos los días: despertador, salir de casa con el tiempo justo para llevar a Victoria al jardín y manejar una hora al centro con la indignación o resignación correspondientes según el estado de ánimo matutino.

Si querés imaginar a tu mamá por aquella época, hijo, pensá en una mujer atolondradamente entretenida en tareas diversas como coordinar con el mécanico arreglos varios del auto que se empeñaba en romperse más de la cuenta, conseguir reemplazante para la niñera de tu hermana que se empeñaba en enfermarse más de la cuenta, dejar en orden sus asuntos laborales puntualmente a las seis de la tarde, para volar-manejar por la autopista y llegar a casa a tiempo para jugar un rato con Victoria, ensayar alguna preparación rápida en la cocina (cocinar hijito, cocinar es otra cosa) y dedicarse a hacer dormir a su hija por el lapso de tiempo que a la pequeña se le antojara (a veces media hora a veces casi dos)

A tu padre podés imaginarlo viajando en subte, a veces entrando al local de Musimundo de Florida a comprar alguna película nueva como para despuntar el vicio y a todas sus tareas diarias, agregale los llamados de tu madre rompiéndole las bolas por alguno de los asuntos antes mencionados (que se rompió el auto, que lo quiero cambiar, que la niñera no vino, que las compras, que no puedo más, que pin que pan)

Pero todo cambió a principios del mes de julio, cuando una licencia obligada por la epidemia de gripe A (ya te contaremos) nos obligó a instalarnos cómodamente a los tres en casa. De un día para el otro, mami dejó de correr, plantó a sus jefes y se quedó en casa para siempre. El jardín de Victoria cerró sus puertas y con ese portazo nos la dejó con todas sus energías para jugar con ella mañana, tarde y noche, realizando actividades caseras de lo más entretenidas como pintar con témperas, hornear pastafrolas o dedicarnos de vez en cuando a regar las plantitas.

Lo de papi fue la yapa: le dieron licencia para preservarlo del contagio porque vos estabas por nacer y consideraron que estaba dentro de los grupos de riesgo. Entonces sí cartón lleno.



El despertador ahora suena dos horas más tarde y a decir verdad ninguno le da mucha bola, el desayuno es más relajado, Victoria duerme a pierna suelta, papá trabaja en pijama y a tres escalones de la cama, ahora puede decirse que mamá realmente cocina, y nuestra salida más alejada es la vuelta en triciclo que damos por la plaza cuando el solcito nos invita a sacarnos las pantuflas y salir a caminar.


Así se dieron las cosas. Así estamos pasando este mes de julio: los tres más juntos que nunca, con muchísimo frio afuera, pero muchos momentos lindos: siestas, juegos, canciones, abrazos y amor acurrucaditos, en casa"

¿Adentro? Adentro nos contarás vos, cuando llegues. Te estamos esperando.





1 comentario:

Flavia dijo...

Joaquín:
Por acá los tíos también estamos esperándote. La tía por supuesto tejiendo, espero terminar tu chalequito antes de que te decidas a salir...
Besos a toda la familia.
Flavia y Juan Ma