23.9.10
11.9.10
SABIDURÍA
A veces, cuando mi hija me sorprende, me descubro haciéndole preguntas bobas. Y lo bueno de las preguntas bobas es que si van dirigidas a una niña de tres en años -por lo general- nos dan respuestas maravillosas. Y entonces las preguntas básicas, amorfas, huecas, predecibles, quedan a salvo, se transforman en anécdotas graciosas o pequeños diálogos enriquecedores y geniales, como éste:
- Uy Vicki ¿dónde aprendiste eso?
- No mami, no lo aprendí... ya lo sabía.
-ah.
¡Ay hijita!, enseñame todo lo que sabés. Yo te voy a seguir preguntando.
Publicadas por Marti 0 opinaron. Ahora te toca.
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