10.10.10

Libertad

Hoy escuché este diálogo entre dos niñitas -de 4 y 3 años- que jugaban en la arena:



- ¿Vos comés toda la comida?
- Síii. A veces no quiero más y entonces me voy a jugar.
- ¿Y tus padres no te retan?
- No, no me retan.... Es que no quiero más. Entonces me dicen: bueno, andá a jugar.
La niña que hizo la pregunta la miró encantada. Y, por fin, soltó lo que tenía ganas de decir:
-"Mis padres me retan si no como toda la comida".

- Ah.

Y siguieron metiendo arena en el balde, como si nada.

Sentí muchas cosas al escucharlas. En principio porque la que contestaba era mi hija de tres años. Pero supongamos que eso pude abstraerlo casi en seguida. Me quedé colgada pensando en lo lindo de que puedan expresar sus miedos, sus angustias o sus frustaciones tan enérgicamente, mientras moldean su vida en la arena.


Y como siempre, me quedé fascinada por la soltura con la que hablan, sin saber cómo es que se les viene un tema a la cabeza. Pero que están, están.

Y el tema de la libertad es un tema tan de ellos, tan de la plaza.





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