3.12.10

"¡Es el explorador!"

"Hice valer mis méritos: coraje, tenacidad, lealtad ilimitada y, sobre todo, velocidad a caballo.
Aquella última virtud no pasó inadvertida.
Los generales debatieron largamente entre ellos.
Acabaron por convocarme. Me presenté temblando. Me anunciaron que, debido a mi pequeña talla y a mi velocidad, me nombraban explorador.
-Además, como eres una niña pequeña, el enemigo no sospechará.
La mezquindad de aquella alegación no consiguió empañar la felicidad que me produjo el nombramiento.
Explorador: no podía concebir nada más hermoso, más grandioso, más digno de mí.
Podía atrapar aquella palabra de un extremo al otro, en todos los sentidos, montarla a horcajadas como a un caballo salvaje, colgarme de ella como de un trapecio: seguía siendo igual de hermosa.
El explorador era de quien dependía la supervivencia del ejército. Jugándose la vida, avanzaba solo por un territorio desconocido con el objetivo de localizar los peligros".

Amélie Nothomb, El sabotaje amoroso




No hay comentarios.: