16.4.10

PRUEBA DE SONIDO






El lenguaje comienza mucho antes, desde el primer día. Las miradas, los gestos, esos ojos en los míos que dicen tanto, que buscan, que llaman, que lloran, que maman.
Esos ojos que miran bien de cerca y siguen tu silueta donde vayas y te contestan sin hablar.Pero cuando los sonidos llegan es otra cosa: los gestos se vuelven más vivos, aparece la sonrisa, después la sonrisa con dientes, la lengua juega, la garganta grita y la mirada se completa con la maravilla del habla.
Gggg, ga-ga, agggg, pfff, ffffpppp. Prueba de sonido. Acá estoy. Esta es mi voz. Puedo hablar. Escúchenme. Entiéndanme.

Y un día cualquiera, en cualquier momento y haciendo cualquier cosa llega la magia. Y escuchás la primera palabra dicha. Y a partir de ese instante mágico, llega el torbellino de sílabas y gorgojeos maravillosos. Y lo sentís único. Lo sabés poderoso. Y vibras con su ritmo.

Y las mañanas se llenan de grrsss- gggr y tatattaaás. Y sonreís y te reís como si nunca lo hubieras hecho. Como si fuera la primera vez que se encuentran. Aunque ya lo conocés tanto. Aunque ya le hablaras desde antes, ahora es distinto. Ahora es mucho más.

Y un día tu hijo aprende a hablar, y tomás conciencia de que tu bebé de ocho meses está conectándose al mundo.
Y te mira cada mañana a partir de ese día, repitiendo su palabra mágica:
tttettttt-teeettaaaa.
Te-tta.
Ya está, lo dijo, no hay vuelta atrás.

Aun no dijo mamá. No hizo falta.









No hay comentarios.: